La isla
⁃ Entonces, ¿Hace mucho que estás muerto?
⁃ Pues no lo sé, no tengo muchos recuerdos. Lo último que sé es haberme despertado en esta extraña isla. Si no fuera por la ausencia de Sol y por que me lo dijiste, pensaría que he naufragado de alguna manera.
⁃ Entonces, ¿no sabes qué te pasó?
⁃ Como ya te he dicho, no recuerdo nada. A decir verdad sigo sin creer que esté muerto. Todo esto parece un sueño muy extraño. Ni siquiera recuerdo mi nombre.
⁃ Pues la llevas clara. Si quieres salir de aquí, necesitas al menos tu nombre. De lo contrario, te quedarás aquí atrapado, como me pasó a mí.
⁃ ¿Y no hay nadie más por aquí?
⁃ No que yo sepa, y eso que llevo bastante tiempo aquí.
Un silencio incomodo se hizo en el ambiente. Tenía que salir de allí, tenía que recordar que le había pasado. No sabía ni donde estaba, pero no podía quedarse allí.
⁃ ¿Y dónde dices que estamos?
⁃ Pues si te soy sincero, no lo sé. Yo me refiero a esto como el limbo, ese lugar que no está en ninguna parte. La gran mayoría de los que mueren pasan por aquí, pero luego suelen recordarlo todo y desvanecerse. No preguntes a donde van a parar, porque tampoco lo sé. Algunos, los que no consiguen recordar, se atreven a nadar para intentar salir de aquí, pero nunca consiguen superarlo a él.
⁃ ¿Él?
⁃ O “eso”, como quieras llamarlo. Nada escapa a sus tentáculos. Como te atrape, es tu fin.
⁃ ¿Y no les has advertido del peligro?
⁃ ¡Claro que sí! ¿Por quién me tomas? Pero al final su falta de paciencia siempre les lleva a intentar salir de aquí. Supongo que ese es mi destino, aconsejar y ayudar a los que acaban aquí, con la maldición de que no puedo abandonar este lugar.
⁃ No pareces disconforme.
⁃ Pues los primeros meses sí, pero con el tiempo te acostumbras.
⁃ ¿Con el tiempo? ¿Cuánto tiempo?
⁃ Pues ya llevo aquí cinco años.
⁃ ¿Cinco años? Me niego a quedarme aquí tanto tiempo. Voy a buscar la manera de salir de aquí.
⁃ No encontrarás nada...
Apenas escuchó la frase, pues ya se había levantado dispuesto a recorrer la isla entera. Pasaron algunas semanas hasta que logró recorrerla entera, sin encontrar ni una sola pista de como recordar su nombre o de alguna otra manera de salir de allí. Acabó volviendo a la misma playa en la que empezó, mucho más cansado que el primer día.
⁃ Al final has vuelto.
⁃ No por decisión propia. No hay nada en esta maldita isla que demuestre la más mínima posibilidad de salir de aquí.
⁃ Te lo dije.
⁃ Dijiste muchas cosas, pero ninguna útil. ¿Pero sabes qué? Pienso salir de aquí, aunque eso implique tener que nadar más allá de él.
⁃ Es imposible, ya te lo dije.
⁃ Algo habrá que hacer. Tarde o temprano acabaré por perder la cabeza si no salgo de aquí. Ni siquiera sé mi nombre. ¡¿Cómo crees que se siente eso?!
⁃ ¡¿Que cómo creo que se siente?! ¡Tú no llevas aquí ni un mes, yo llevo en esta maldita isla 5 años! ¡No recuerdo ni de dónde era, ni a mis amigos, o a mi familia! ¡¿Cómo demonios crees tú que se siente eso?!
⁃ ¡Pues no sé cómo demonios has aguantado! ¡Yo me largo de aquí! - dijo mientras echaba a correr hacia el mar.
⁃ ¡No lo hagas, sabes que no saldrá bien!
Pero las advertencias fueron en vano. Él siguió corriendo hacia el agua, hasta que no dio pie y comenzó a nadar. A los pocos minutos ya había llegado a su zona. Todo parecía calmado, parecía que podía conseguirlo. Pero de pronto, las aguas comenzaron a agitarse. Con un solo tentáculo, lo hundió en el agua. Y lo llevó a las profundidades.
De repente, despertó. Era su cama de siempre. Miró alrededor y vio su cuarto. Lo recordaba todo. Su cabeza estaba llena de recuerdos. Entre ellos la isla, y su único habitante.
⁃ Si tan solo Marco supiera esto...
⁃ Pues no lo sé, no tengo muchos recuerdos. Lo último que sé es haberme despertado en esta extraña isla. Si no fuera por la ausencia de Sol y por que me lo dijiste, pensaría que he naufragado de alguna manera.
⁃ Entonces, ¿no sabes qué te pasó?
⁃ Como ya te he dicho, no recuerdo nada. A decir verdad sigo sin creer que esté muerto. Todo esto parece un sueño muy extraño. Ni siquiera recuerdo mi nombre.
⁃ Pues la llevas clara. Si quieres salir de aquí, necesitas al menos tu nombre. De lo contrario, te quedarás aquí atrapado, como me pasó a mí.
⁃ ¿Y no hay nadie más por aquí?
⁃ No que yo sepa, y eso que llevo bastante tiempo aquí.
Un silencio incomodo se hizo en el ambiente. Tenía que salir de allí, tenía que recordar que le había pasado. No sabía ni donde estaba, pero no podía quedarse allí.
⁃ ¿Y dónde dices que estamos?
⁃ Pues si te soy sincero, no lo sé. Yo me refiero a esto como el limbo, ese lugar que no está en ninguna parte. La gran mayoría de los que mueren pasan por aquí, pero luego suelen recordarlo todo y desvanecerse. No preguntes a donde van a parar, porque tampoco lo sé. Algunos, los que no consiguen recordar, se atreven a nadar para intentar salir de aquí, pero nunca consiguen superarlo a él.
⁃ ¿Él?
⁃ O “eso”, como quieras llamarlo. Nada escapa a sus tentáculos. Como te atrape, es tu fin.
⁃ ¿Y no les has advertido del peligro?
⁃ ¡Claro que sí! ¿Por quién me tomas? Pero al final su falta de paciencia siempre les lleva a intentar salir de aquí. Supongo que ese es mi destino, aconsejar y ayudar a los que acaban aquí, con la maldición de que no puedo abandonar este lugar.
⁃ No pareces disconforme.
⁃ Pues los primeros meses sí, pero con el tiempo te acostumbras.
⁃ ¿Con el tiempo? ¿Cuánto tiempo?
⁃ Pues ya llevo aquí cinco años.
⁃ ¿Cinco años? Me niego a quedarme aquí tanto tiempo. Voy a buscar la manera de salir de aquí.
⁃ No encontrarás nada...
Apenas escuchó la frase, pues ya se había levantado dispuesto a recorrer la isla entera. Pasaron algunas semanas hasta que logró recorrerla entera, sin encontrar ni una sola pista de como recordar su nombre o de alguna otra manera de salir de allí. Acabó volviendo a la misma playa en la que empezó, mucho más cansado que el primer día.
⁃ Al final has vuelto.
⁃ No por decisión propia. No hay nada en esta maldita isla que demuestre la más mínima posibilidad de salir de aquí.
⁃ Te lo dije.
⁃ Dijiste muchas cosas, pero ninguna útil. ¿Pero sabes qué? Pienso salir de aquí, aunque eso implique tener que nadar más allá de él.
⁃ Es imposible, ya te lo dije.
⁃ Algo habrá que hacer. Tarde o temprano acabaré por perder la cabeza si no salgo de aquí. Ni siquiera sé mi nombre. ¡¿Cómo crees que se siente eso?!
⁃ ¡¿Que cómo creo que se siente?! ¡Tú no llevas aquí ni un mes, yo llevo en esta maldita isla 5 años! ¡No recuerdo ni de dónde era, ni a mis amigos, o a mi familia! ¡¿Cómo demonios crees tú que se siente eso?!
⁃ ¡Pues no sé cómo demonios has aguantado! ¡Yo me largo de aquí! - dijo mientras echaba a correr hacia el mar.
⁃ ¡No lo hagas, sabes que no saldrá bien!
Pero las advertencias fueron en vano. Él siguió corriendo hacia el agua, hasta que no dio pie y comenzó a nadar. A los pocos minutos ya había llegado a su zona. Todo parecía calmado, parecía que podía conseguirlo. Pero de pronto, las aguas comenzaron a agitarse. Con un solo tentáculo, lo hundió en el agua. Y lo llevó a las profundidades.
De repente, despertó. Era su cama de siempre. Miró alrededor y vio su cuarto. Lo recordaba todo. Su cabeza estaba llena de recuerdos. Entre ellos la isla, y su único habitante.
⁃ Si tan solo Marco supiera esto...
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